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Una creencia limitante es algo que se manifiesta en el estado de ánimo o algo que crees de ti mismo que, de algún modo, te condiciona. A todos nos sucede esto de tener alguna creencia que nos limita, pero si aprendemos a identificarlas podemos lograr evitarlas con proactividad. En este artículo, describiremos cómo estas creencias limitantes afectan todo, el trabajo en equipo, la cultura del ambiente laboral y muchos otros aspectos. Además, compartiremos cuatro estrategias para que puedas superarlas en el trabajo.
¿Alguna vez pensaste “Como no soy bueno en eso, será mejor que no lo haga”? Este tipo de ideas, con frecuencia, tienen su origen en la negatividad y el miedo que nos impiden aprovechar oportunidades nuevas.
Si también pensaste en algo similar, no eres el único. Muchos profesionales e incluso, emprendedores, luchan a diario contra sus propias creencias limitantes que pueden obstaculizar el éxito potencial de sus negocios. La clave consiste en aprender a identificar esas creencias limitantes para lograr superarlas.
En el trabajo en equipo, las creencias limitantes pueden afectar todo, de la cultura al rendimiento general y la eficiencia del equipo. Hemos reunido 10 de las creencias limitantes más comunes y brindamos opciones para combatirlas en la cotidianeidad.
Una creencia limitante es algo que se manifiesta en el estado de ánimo o algo que crees de ti mismo que, de algún modo, te condiciona. Por lo general, son acusaciones falsas que te haces a ti mismo y que pueden derivar en resultados negativos.
Por ejemplo, si tu creencia limitante es que no eres un buen orador motivacional, probablemente rechaces toda oportunidad de compartir tus conocimientos en un grupo. O si tienes que hablar frente a muchas personas, puedes pensar que es muy probable que todo salga mal. La razón son esas nociones preconcebidas sobre tu falta de habilidad para hablar en público que limitan tu potencial.
Las creencias limitantes también te pueden poner de mal humor e impedir que descubras oportunidades y vivas experiencias nuevas. Pueden causar estragos en tu salud mental. Es el motivo por el que es tan importante no solo trabajar en tu autoconocimiento y autoestima, sino también, reconocer cualquier sesgo inconsciente. Aferrarse a puntos de vista sesgados sobre los demás obstaculiza tu habilidad para colaborar de manera efectiva y, en última instancia, afectará la calidad de tu trabajo.
Las creencias limitantes en el trabajo son pensamientos negativos que afectan tanto la creatividad como la moral del equipo. Imagina que trabajas con un proceso nuevo pero que no crees lo suficiente en ti mismo como para proponer una solución mejor a un problema. El resultado, seguramente, no será innovador.
Si lideras un equipo, ayuda a los integrantes a ocuparse de sus creencias limitantes para que logren dar rienda suelta a su creatividad y participación. Si se aferran a estas creencias limitantes es probable que les impidan pensar soluciones diferentes a las habituales o que se les ocurran ideas fuera de lo común. No hay nada que asfixie tanto el éxito de un equipo como reutilizar todo el tiempo ideas viejas.
En estos tiempos de aventura y crecimiento real, es muy importante que cada miembro del equipo confíe lo suficiente en sí mismo como para desafiar los límites. Es el motivo por el que es tan importante fomentar el pensamiento positivo en el trabajo, para empoderar a los trabajadores y que logren producir excelentes trabajos aplicando todo su potencial.
Inspira a tu equipo con AsanaLas creencias limitantes son ideas autodestructivas que te impiden crecer como persona. Se manifiestan en el lenguaje verbal y también en el corporal, y con los mecanismos de defensa en muchos otros casos. Conocer en profundidad las creencias limitantes más comunes te servirá para identificarlas cuando surjan.
Para que trabajes en la superación personal en el ámbito laboral, compartimos 10 ejemplos de creencias limitantes comunes, a fin de que las reconozcas y las corrijas en tiempo real:
No soy lo suficientemente bueno: “No soy lo suficientemente bueno como para gestionar este proyecto”.
Soy demasiado viejo o demasiado joven: “Soy demasiado joven como para ser gerente”.
No tengo suficiente tiempo: “No tengo suficiente tiempo como para invertir en mi propio desarrollo”.
No soy lo suficientemente inteligente: “No soy lo suficientemente inteligente como para liderar esta reunión”.
No tengo suficiente experiencia: “No tengo suficiente experiencia como para hacer este cambio tan grande en mi carrera”.
Nunca tendré éxito: “Nunca tendré éxito en el sector del mercado en que trabajo”.
No tengo suficiente dinero: “No tengo suficiente dinero como para disfrutar de la vida”.
Nunca seré uno de los mejores: “Nunca seré uno de los mejores del equipo”.
No tengo suficiente talento: “No tengo suficiente talento como para conseguir un ascenso en el trabajo”.
Nunca seré un gran líder: “Nunca seré un gran líder por mi falta de confianza”.
Estos tipos de creencias tienen su origen en el miedo, y todos los tenemos. El objetivo es aprender a identificar y combatir las creencias limitantes para que no nos impidan salir de nuestra zona de confort.
Tal vez, para protegerte, puedes seguir diciéndote que no eres lo suficientemente bueno o que nunca lo serás; pero a la larga, esas creencias te impiden empoderarte lo suficiente como para sacar lo mejor de ti, y lo mismo sucede con el resto del equipo.
El truco es reconocer tus propias creencias limitantes cuando surgen y aplicar ese conocimiento para reformular lo que piensas de ti mismo. También puedes desarrollar tus habilidades para gestión de equipos y alentar a tu equipo para que haga lo mismo.
Las creencias limitantes son el resultado de varios factores, pero todos provienen del mismo lugar: el deseo de tu mente de protegerte del dolor en el futuro. Algunos disparadores pueden ser el miedo, el síndrome del impostor y experiencias pasadas.
Por lo general, las creencias limitantes comienzan a una edad temprana, evolucionan progresivamente y se adaptan a lo largo de la vida ante cada nueva experiencia que se presenta. Puedes haber vivido una experiencia dolorosa que sea el origen de tu temor ante vivencias similares o bien, que simplemente sientas temor ante lo que está por venir. Las creencias limitantes pueden impedir que se formen otras creencias nuevas pero positivas.
Es muy bueno conocer la causa de tus creencias limitantes, ya que así logras entender el proceso mental que está detrás para empezar a dominarlo. Dicho esto, también es justo compartir que hay muchas otras técnicas que se pueden implementar para superar los miedos propios en el ámbito laboral.
Si bien es cierto que lograr identificar las creencias autolimitantes puede ser muy útil para corregirlas en el momento, para saber cómo superarlas hay que dedicar mucho tiempo y práctica. Hay algunos consejos que pueden ayudarte a superar estos miedos y que puedes aplicar para capacitar al equipo y que los demás miembros logren lo mismo.
Tú decides si aplicas una sola o las cuatro combinadas, pero cada una de estas técnicas puede servirte para combatir las creencias limitantes en el trabajo.
El primer paso para superar tus creencias limitantes es identificarlas. Con frecuencia, estas creencias se presentan como pensamientos en tu mente más que como algo que dices en voz alta. Sacar esas ideas y plasmarlas en un papel puede servirte para separar la realidad de la fantasía y darte cuenta de lo falsas que pueden ser.
Escribir las ideas en un diario puede ser muy útil para aliviar cualquier estrés asociado con las creencias. También puedes preguntarte si eso que piensas es relevante para los siguientes 10 minutos de trabajo. Si no lo es, cierra el diario y deja esos pensamientos negativos en el papel.
Si bien este ejercicio se hace en el ámbito de lo personal, puedes incentivar esta misma práctica en el equipo para que se lleve a cabo todas las mañanas. También puedes organizar una reunión semanal en la que todos los miembros del equipo tengan oportunidad de compartir sus creencias limitantes con sus compañeros, si se sienten cómodos como para hacerlo. De este modo, les ofreces la posibilidad de fortalecer su confianza. Sin embargo, la experiencia debe ser absolutamente opcional y también tú debes participar para liderar con el ejemplo.
Si escribir lo que piensas no es suficiente, puede ser muy útil analizar de dónde provienen esas ideas, si de algo cierto o falso.
Te resultará sumamente útil llegar al fondo de las creencias limitantes para sacarlas a la luz y verlas como realmente son. La próxima vez que se te presente una creencia negativa, tómate un momento, haz una pausa y analiza ese pensamiento. Evalúa si es autolimitante y si hay evidencia concreta que la respalde. Pregúntate si ese pensamiento parte del miedo a lo desconocido o de una experiencia pasada.
La búsqueda de la perfección puede causar estragos en la productividad y hacerte querer abandonar lo que no funciona exactamente como lo esperabas. Para combatirla, puedes pedirles a los demás miembros del equipo que te ayuden. Si no estás seguro de que tu creencia limitante sea verdadera, pregúntalo. De este modo, recibirás una perspectiva objetiva por fuera de tu propio punto de vista que te servirá para separar los hechos de las fantasías que te inventas.
Una de las mejores maneras de combatir las creencias limitantes es con afirmaciones positivas. Las afirmaciones son oraciones que te repites para desarrollar tu autoconfianza.
Utiliza las afirmaciones positivas para transformar tus creencias autolimitantes en autoconfianza positiva. Por ejemplo, si te repites todo el tiempo que no eres lo suficientemente bueno como para recibir un ascenso, reformula esa creencia reforzando la idea de que eres muy trabajador y de que mereces triunfar. De este modo, puedes combatir los pensamientos negativos transformándolos en positivos. Si bien se puede hacer de muchas formas, decirlo en voz alta, tanto a ti como a otras personas, puede ayudar a reforzar esta creencia.
Puedes aplicar esta técnica cuando surgen sentimientos negativos o implementarla en la rutina diaria para evitar que surjan creencias negativas desde el principio. Entre los ejemplos de cómo reformular pensamientos negativos sobre uno mismo, se encuentran los siguientes:
Reformula “No soy lo suficientemente bueno como para gestionar este proyecto” a “Tengo la capacidad necesaria para triunfar en todo lo que haga”.
Reformula “No tengo suficiente tiempo como para invertir en mi propio desarrollo” a “Tengo la habilidad de comprender cuáles son mis tiempos para centrarme en lo que realmente es importante para mí”.
Al reformular la manera en que enfrentas los desafíos, te entrenas mentalmente para ver los aspectos positivos de las diferentes situaciones diarias, en vez de centrarte en lo negativo.
Por último, nunca te des por vencido cuando empiezan a surgir esas creencias limitantes. Recuerda, no estás solo en esto. Todos las tenemos, incluso los líderes y emprendedores que más admiras.
Lo importante es perseverar y no permitir que las ideas limitantes te frustren. Entre las muchas características de un líder, una de las más importantes es no darse por vencido, ni con respecto a los demás ni contigo mismo.
A pesar de que es muy fácil sentirse deprimido cuando uno se encuentra en un círculo de negatividad, tómate un momento para reflexionar y apartar esas ideas de tu mente. A veces, lo único que hace falta es respirar hondo una bocanada de aire fresco y entrar en un estado más positivo.
Todos tenemos creencias autolimitantes, así que cuando se te presente una, recuerda que no eres el único. Lo importante no es eliminarlas por completo sino aprender a superarlas y a centrarse en lo positivo. Cuando cambias de perspectiva, tu vida también cambia.
Para fomentar la autoconfianza en el trabajo, los integrantes del equipo deben tener la confianza y el respaldo necesarios como para desarrollar todo su potencial. Con un software de comunicación para equipos, les ofreces una forma de conectarse a través de las tareas y de apoyarse mutuamente.
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